jueves, 19 de junio de 2014

Monárquicos vs. republicanos

Hoy las redes sociales están que echan humo a raíz de la coronación de Felipe VI como nuevo rey de España. Los hay que están encantados de la vida y escriben comentarios de apoyo absoluto al nuevo monarca, y los hay indignados que se llevan las manos a la cabeza y critican el hecho sucedido en el día de hoy. Creo que todas las opiniones son válidas, o deberían serlo, siempre y cuando se expresen con respeto. El problema es que muchas veces se dicen cosas atacando a los que no piensan del mismo modo, demasiadas personas creen que su opinión es la única que vale y que los demás están locos por pensar distinto. Estas personas se alteran, critican, insultan... en definitiva, pierden los papeles defendiendo su ideología y, perdiendo los papeles, se pierde la razón.

Hay dos posturas principales (a parte de los que les da igual): los que defienden con uñas y dientes la monarquía y los que la odian a muerte y piden a gritos la III República. Yo entiendo perfectamente a quienes reclaman un referéndum para que seamos los ciudadanos quienes decidamos si queremos una monarquía o una república. De hecho, creo que eso es lo que debería haberse hecho. Pero también comprendo a los que prefieren la continuidad de la Corona, aun siendo algo impuesto. El problema es que mucha gente se niega a aceptar que la opinión de los demás es tan válida como la propia, por mucho que sea difícil de comprender. Así, enseguida se generan discusiones en cuanto a una persona le da por defender una u otra opción de Estado. ¿Tan difícil es tolerar lo que piensan los demás?

Yo no soy ni republicana ni monárquica, simplemente quiero que quien esté acometa bien su función, que sea honesto, honrado, transparente, cercano, que no robe, que no utilice su cargo para obtener privilegios o favores poco lícitos. Me es indiferente si el jefe de Estado se llama Rey o Presidente de la República, mientras cumpla correctamente con sus obligaciones. Si tuviera la certeza de que en una república el presidente no usaría tanto su puesto como el dinero de los ciudadanos en beneficio propio, pediría sin pensarlo dos veces el fin de la monarquía. Pero dudo mucho que fuéramos a dar con un presidente honrado, dado que en los tiempos que corren quien no roba más roba menos. Yo, a día de hoy no me fío de nadie y, sinceramente, me pregunto si no es mejor alguien preparado para ser jefe de Estado durante toda su vida, que alguien sin experiencia a quien el puesto pueda quedarle demasiado grande. Teniendo en cuenta la escasa preparación del actual presidente del Gobierno y de sus predecesores... quién sabe.

Lo que sí reconozco es que me parece fatal que hoy se haya prohibido exhibir banderas republicanas y se haya perseguido, e incluso detenido, a quien ha mostrado el más mínimo atisbo de apoyar la república. Del mismo modo que quien ha querido gritar "viva el Rey" ha podido hacerlo sin problema, deberían haber podido expresarse igual los que están en contra. Pero no hubieran quedado bien gritos de "viva la república" en un día tan importante para los nuevos reyes, así que se ha optado por la represión, cosa que me parece intolerable y entiendo que haga crecer el enfado de los antimonárquicos. El respeto es muy importante, con los millones de personas que somos en España es imposible que todos opinemos igual, así que lo lógico es respetarse y ser tolerantes, no prejuzgar ni criticar a la gente solo porque su forma de pensar sea distinta. Si no es así no hay convivencia posible, haya monarquía o república.

martes, 10 de junio de 2014

Periodistas que hacen campaña

¿Es posible encontrar algún medio a través del que informarse de forma objetiva? ¿O de forma relativamente objetiva, al menos? Digo esto porque estoy cansada de poner la tele, la radio, o leer los periódicos, y ver que las noticias son diferentes según quién las cuente, muchas veces incluso no parecen ni la misma. Un ejemplo: cuando hay manifestaciones masivas, según algunos medios han acudido cientos de miles de personas, mientras que según otros, apenas unas pocas de miles. Pero hay casos que llegan al extremo, al menos para mi gusto. Hay programas, emisoras, periodistas, a los que se les ve el plumero de forma descarada. Que no es malo que se sepa de qué pie cojea determinada persona, lo imperdonable es que toda la línea de un programa o la elección de quienes participan en él giren en torno a una ideología concreta. 

Un ejemplo de esto es el programa de radio "La Mañana" de Cope. Hoy mismo, el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, a afirmado lo siguiente, en referencia a la petición de referéndum que están haciendo grupos como Podemos ante la proclamación del príncipe Felipe como nuevo Rey: "Hay mucha gente que está muy contenta pero lo manifiesta muy poco y hay poca gente que está descontenta pero que lo manifiesta con mucho ruido. Da la apariencia de que hay muchos en contra cuando no es así". Varios contertulios han achacado gran parte del éxito de estos pequeños grupos a la difusión y protagonismo que algunos medios les están dando. A ésto, el presentador, Ernesto Sáenz de Buruaga, ha contestado: "en esta casa no". Me he quedado a cuadros ante tal afirmación. No es un secreto que la Cope es una radio de derechas, pero ¿por qué no pueden dar voz a otras ideologías? Se trata de informar sobre lo que sucede, no de vetar a quien piensa diferente.

Otro caso que me llama la atención es el del programa de televisión Las Mañanas de Cuatro. Cuando hace unos meses comencé a verlo me gustó porque me pareció un espacio cercano que trataba los temas que nos interesan a la gente de a pie. Y a día de hoy me sigue gustando, pero me da mucha rabia lo intolerantes que pueden llegar a ser con ideas que no casan con las propias. El presentador, Jesús Cintora, es férreo defensor de Pablo Iglesias, líder de Podemos. En los debates, cuando algún contertulio le rebate más de la cuenta, enseguida le da el turno de palabra "por alusiones" y le permite hablar bastante más que al resto. Iglesias lleva varios meses colaborando en este programa pero a raíz del éxito de su partido en las últimas elecciones, parece caballito blanco en el programa de Cuatro. Intocable, perfectos. Les tratan como si su filosofía fuera la única válida, la mejor. Claro que tendrán muchísimas cosas buenas, pero seguro que también alguna mala, y hay que saber verlo todo.

Entiendo que cada persona tenemos una forma de pensar, entiendo que los periodistas -a los que se presupone objetividad- se decanten por un determinado partido político, ya que tienen opinión como cualquier otra persona. Pero creo que esa opinión debe quedarse en casa a la hora de dar una noticia. No veo lógico que los medios se comporten más como defensores de partidos políticos y como enemigos de los que no piensan como ellos, que como meros informadores. Es comprensible que los periodistas traten con cierta benevolencia a quienes les caen en gracia -eso lo haríamos cualquiera-, pero lo primordial debe ser informar, no hacer campaña a favor o en contra de nadie. Creo que es indiscutible que no todo lo que hace un partido está bien, ni todo lo que hace la oposición está mal. Por lo tanto, ¿por qué hay quienes defienden a muerte a unos y quienes atacan ciegamente a otros, solo por el hecho de ser de un lado o del otro? Creo que hace falta ser una persona muy cerrada de mente para comportarse así. Ni lo entiendo ni lo entenderé nunca.

lunes, 2 de junio de 2014

Abdicación del Rey Juan Carlos I

Esta mañana el rey Juan Carlos I ha abdicado en favor de su hijo, el príncipe Felipe. Primero lo ha anunciado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y, unas horas más tarde, el monarca, mediante un mensaje grabado. Los motivos oficiales de la renuncia, en palabras del propio don Juan Carlos: "pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana" y dejar paso a "una nueva generación" que "reclama con justa causa el papel protagonista".





¿Se refiere el Rey a los movimientos ciudadanos, a las nuevas fuerzas políticas que parecen estar poniendo en jaque el actual sistema político español? Hablo sobre todo de Podemos, el nuevo partido liderado por Pablo Iglesias, que ha dado la sorpresa obteniendo cinco diputados en las elecciones europeas celebradas hace una semana, gracias al voto de casi 1.300.000 personas. Desde que se conoció el dato hace siete días el país está revolucionado: han aumentado considerablemente las reivindicaciones sociales, varios miembros de Podemos aparecen asiduamente en los medios demandando cambios, mejoras... de forma incansable. Parece que la gente está con ellos, todo el mundo comenta lo que Podemos está haciendo, para bien o para mal. Y son muchos los que les alaban y parece que cada vez más personas están dispuestas a moverse y a hacer más ruido que nunca.

Puede que este sea uno de los motivos que ha llevado al Rey a pasar el testigo a su hijo, a parte de su delicado estado de salud, que se ha agravado en los últimos años. Que podría haber continuado, seguro, pero ¿en qué condiciones? Desde hace ya bastante tiempo se le ve, cansado y torpe. Ya le tocaba jubilarse después de casi cuarenta años como Rey. Su abdicación ha llegado cuando casi nadie lo esperaba, después de que en enero de este año, al cumplir 76, don Juan Carlos afirmó encontrarse "en buena forma, con energía e ilusión para seguir adelante". Resulta contradictorio que hoy, en su mensaje, el monarca ha explicado que lleva precisamente desde el día de su último cumpleaños madurando la decisión de dejarlo. Resulta difícil creer estas últimas palabras y hay muchos que aseguran que algún suceso reciente le ha hecho tomar esta inesperada decisión.

Y ahora, ¿qué va a pasar? El artículo 57.5 de la Constitución dice que las abdicaciones que sucedan en torno a la Corona "se resolverán por una ley orgánica". Dado que el hecho anunciado hoy no tiene precedentes, dicha norma no existe, por lo que el Consejo de Ministros se reunirá este martes, de forma urgente y extraordinaria, para aprobar la ley orgánica que otorgue valor legal a la abdicación. Después, ese texto deberá ser ratificado por las Cortes, contando con la aceptación por mayoría absoluta de 176 de los 350 miembros del Congreso, y la aprobación del Senado. Por último, entrará en vigor tras publicarse en el BOE (Boletín Oficial del Estado). Una vez dados estos pasos, el Príncipe Felipe será proclamado Rey de España, con el nombre de Felipe VI. Dicen los expertos que el proceso puede duran entre cuatro y seis semanas. Una vez que don Juan Carlos deje de ser Rey seguirá formando parte de la familia real, pero dejará de tener funciones constitucionales.

Durante todo el día de hoy tanto el Rey, como el presidente del Gobierno, miembros de grupos políticos y otras personalidades, han hablado del Príncipe Felipe como sucesor de su padre. Pero hay muchísimas personas que no están dispuestas a aceptar este hecho, por entenderlo como una imposición, cuando vivimos en una democracia, en la que teóricamente habría que consultar a los ciudadanos. Así, rápidamente se han convocado para esta misma tarde numerosas concentraciones para exigir, de forma pacífica, la realización de un referéndum a través del que los ciudadanos puedan manifestar si quieren vivir en una monarquía o en una república. Hay que reconocer que la consulta es lo más democrático que podría hacerse ahora mismo, pero antes de votar hay que informarse, no vale reclamar la III República únicamente por aborrecer la monarquía, como hacen muchos, sin tener idea siquiera de las diferencias entre ambos modelos de Estado. De tener lugar el referéndum, creo que a pesar de las críticas a la monarquía, los republicanos podrían sorprenderse con el resultado.