Me
gustaría saber dónde se ha metido la crisis. O dónde está la gente que
realmente está sufriendo la crisis. Aunque quizás no me estoy planteando este
tema de la forma correcta, a lo mejor debería preguntarme por qué todos los que
están sufriendo los reveses de la crisis no actúan como la situación
requeriría. Muchísimas
personas se quejan de lo mal que están las cosas, de que se trabaja más y en peores condiciones y
se gana menos, de que los precios están por la nubes... Y es verdad, son muchos
los que han visto reducidos sus ingresos, otros se han quedado sin trabajo o
ha sufrido un ERE. La situación es realmente preocupante con casi cinco
millones de parados, pero lo que se ve en la calle, al menos lo que veo yo, no
es una actitud de intranquilidad ante tal panorama.
La gente
dice que no hay trabajo, que es muy difícil llegar
a final de mes, pero nadie se priva de nada, o al menos no tanto como deberían.
Los fines de semana los bares están a rebosar de gente poteando, por las noches
los pubs y discotecas hasta arriba de gente, los restaurantes de comida rápida
de cualquier centro comercial se llenan cada fin de semana... Y se consume mucho, demasiado. Yo voy a una cafetería y con un café puedo
estar más de una hora escribiendo, leyendo o charlando con alguien. Pero lo que
veo a mi alrededor es muy distinto. La gente pide algo y en cuanto se lo termina
vuelve a consumir. Lo mismo los domingos, es imposible conseguir una mesa, los bares siempre
están a tope de gente y sin privarse de nada: marianitos, cañas, rabas... No se nota que el ritmo de consumo haya disminuido.
Yo creo
que la gente tiene que cambiar el chip y no vivir por encima de sus
posibilidades. Con esto me refiero a que no se puede vivir al día, gastando
todo lo que se tiene y llegando más que justo a final de mes. Y es más que
evidente que la mayoría hacen eso. Sobre todo en la gente jóven no se ve una
intención de ahorrar, de privarse de ciertas cosas ahora por si hace falta en
el futuro. Veo que la gente vive la vida disfrutando ahora todo lo que
pueden y sin preocuparse de lo que pueda venir. A cuánta gente le ha pasado
que, cuando estaban mejor las cosas, se metieron en hipotecas astronómicasy
ahora se han arrepentido por no poder hacerles frente. Es un ejemplo de que por
muy bien que vayan todo ahora, eso no tiene por qué durar siempre. Hay que
disfrutar de la vida, claro que sí, pero también pensar en lo que podemos
necesitar el día de mañana.
Cada año
cuando llega el verano veo como familias a las que no les sobra el dinero se
gastan más de mil euros en irse de vacaciones. Porque hoy día si en vez de ir a
un sitio que mole te vas al pueblo, eso no son vacaciones. Y el resto del año
las pasan putas para no terminar el mes ahogados. Está claro que la gente, por
muy justa que esté, no está dispuesta a renunciar a ciertos lujos o caprichos.
Y yo eso lo veo como una preocupación hipócrita. Alguien que realmente se agobia
por la crisis cambia su estilo de vida, se preocupa de no gastar más de lo
necesario, consume pero sin derrochar el dinero y, sobre todo, ahorra, aunque sea
poco. Y eso de ahorrar hay demasiada gente que no sabe lo que es. Yo creo que hay que amoldarse a las situaciones, y la que tenemos ahora es
muy puñetera. No es fácil sobrellevarla, pero creo que hay que tratar de ser
felices con lo que se tiene y pensar que vendrán tiempos mejores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario