viernes, 20 de septiembre de 2013

Café, silla y mesa = 1,70€

Con esto de la crisis nos deben tomar por tontos porque hay quien intenta sacar unos céntimos de donde no se puede. O no se debería poder, bajo mi punto de vista al menos. Yo había oído que en Italia, por ejemplo, cobran por sentarse en una terraza de un bar, aunque decidas irte sin haber consumido nada. No pensé que algo parecido pudiera suceder en Bilbao. Entiendo -que no comparto- que en Roma, con el volumen de turismo que hay, se trate de sacar rentabilidad a cada paso que de un forastero. Eso pasa en muchas ciudades, por todos es sabido que a los guiris se les intenta timar siempre que se puede. Pero ver esa filosofía en Bilbao, una ciudad que no disfruta precisamente de un elevado turismo, me ha resultado curioso, a la vez que me ha cabreado bastante.

La situación en cuestión ha sucedido hoy mismo. He entrado a tomar un café a una muy conocida cadena de cafeterías que hay en el centro de la ciudad y he pedido en la barra. Cuando he ido a pagar me han preguntado "¿lo vas a tomar en la barra o en una mesa?", a lo que yo he respondido que si es más caro si me lo llevo a la mesa. Me han contestado que sí y que me lo llevaba ella. Refunfuñando he pagado y aunque he insistido dos veces en que quería llevarme yo misma la taza, no me han dejado. Al llegar a la mesa le he preguntado a la camarera si el pago del servicio de mesa es obligatorio y me ha dicho que si quiero usar la mesa, sí. ¡No daba crédito! Me han cobrado, además de por la consumición, por utilizar una silla y una mesa. Alucinante.

Se supone que se paga un extra cuando llegas a un local, te sientas y no tienes ni que levantarte para pedir la consumición. Que tampoco me parece bien que lo hagan, pero al menos está justificado porque el camarero o camarera se encarga de todo. Pero lo que me ha sucedido hoy me parece tan cutre y ruin por parte del local. Da la sensación de que están a sacar dinero de donde sea. Y conmigo hoy lo han conseguido, pero tengo muy claro que allí no vuelvo, con lo cual, a lo mejor les compensaba no abusar así de la gente. Y otra cuestión es que, como cliente, creo que tengo derecho a llevar mi café a la mesa si yo quiero y a que no me cobren por sentarme como si en vez de en Bilbao estuviera en primera línea de playa en Benidorm.

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