Hoy 17 de mayo se celebra el día de Internet, eso sin lo que muchos no podrían vivir hoy, al menos no tan cómodamente como la hacen. Quién iba a decir a sus creadores, allá por los años 60, que se iba a convertir en lo que es hoy día, un elemento que facilita enormemente el día a día a muchas personas y que para otras es simplemente imprescindible.
Hoy es raro que alguien no tenga Internet en casa y cada vez es más habitual también en los teléfonos móviles y dispositivos como tabletas o libros electrónicos. Esto supone estar conectado en cualquier momento y en cualquier lugar. Pero hace algunos años no era así, Internet era más un lujo que una necesidad y suerte tenía quien podía navegar cómodamente en su casa. Lo más habitual era tener que acudir a cibercafé o a casa de algún amigo.
Otra cosa que ha ido evolucionando es la velocidad de navegación. Quién no recuerda esperar minutos a que se cargara una página o días a que se descargara un capítulo de una serie. Lo más desesperante era lo de las películas, qué alegría cuando después de varias semanas veíamos en el Emule que estaba a punto de descargarse esa película que tantas ganas teníamos de ver.
Creo que uno de los mayores éxitos que ha traído Internet son las redes sociales (Facebook o Twitter) y aplicaciones de mensajería instantánea (Whatsapp). Permiten comunicarse al momento con personas que estén en cualquier parte del mundo. Y de manera gratuita, algo muy importante en los tiempos que corren. Esta forma de contacto ha sustituido de forma aplastante a las cartas o incluso a los correos electrónicos.
A diario millones de personas utilizan la red como instrumento de trabajo o estudio, como entretenimiento o para realizar consultas de todo tipo. Se pueden efectuar operaciones bancarias, leer la prensa, realizar trámites oficiales, contratar viajes, comprar productos... La lista es interminable, casi cualquier cosa que podamos imaginar es posible realizarla cómodamente desde casa.
A pesar de las facilidades y comodidades que ofrece Internet, no debemos obviar los peligros que conlleva su uso. Desde hackers que pueden ver y robar datos de cualquier ordenador a delincuentes más peligrosos como pedófilos, que se sirven sobre todo de las redes sociales para contactar con niños o traficar con pornografía infantil. Además, muchas personas se vuelven dependientes y llegan a creer que no podrían vivir sin estar conectados, lo cual puede ocasionar problemas a nivel social, familiar e incluso laboral.
Peligros aparte y teniendo en cuenta las mejoras que Internet supone en la vida de quien lo utiliza habitualmente y la gran ayuda que ofrece a muchos, podría hacer suyo ese eslogan con el que se anunciaba hace años una conocida cadena de jugueterías: "si existe está en Internet".
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