martes, 30 de abril de 2013

Abdicar o no abdicar

Guillermo Alejandro y Máxima Zorreguieta pasan su última noche como Príncipes antes de convertirse en reyes de Holanda. La todavía reina Beatriz, de 75 años, anunció el pasado enero que abdicaría en favor de su hijo el 30 de abril, coincidiendo con la celebración del Día de la Reina en los Países Bajos. Una vez firmada el "Acta de Abdicación", Beatriz pasará a ser princesa de Holanda, después de 33 años de reinado.

Que un monarca ceda el trono a su heredero es algo a lo que no estamos muy acostumbrados en Europa. La mayoría de las veces en que un soberano ha decidido renunciar ha sido por motivos políticos, por amor o debido a una enfermedad.

Esto me hace pensar en la cantidad de veces que he escuchado recientemente que el rey Juan Carlos I de España debería abdicar en favor de su hijo, el príncipe Felipe. Es un hecho que la salud del monarca no pasa por su mejor momento. En los últimos dos años ha sido operado en cinco ocasiones por diversos motivos: hernia discal, luxación de cadera, lesiones en la rodilla y el pie.. En sus últimas apariciones públicas se le ha visto bastante desmejorado y algo torpe, lo que ha dado lugar a todo tipo de comentarios sobre si, a sus 75 años -la misma edad que la reina Beatriz-, tendría que renunciar al trono.

Independientemente de si en España debería haber o no monarquía -esa es otra cuestión-, creo que Don Juan Carlos, sobre todo teniendo en cuenta que su estado de salud no es el mejor, tendría que ir pensando en retirarse, después de 37 años reinando. Cierto es que cada vez delega más en el Príncipe, ya que los achaques sufridos últimamente no le han permitido cumplir con la totalidad de su agenda, pero parece que se resiste a cederle el puesto de forma definitiva. 

El príncipe Felipe es el "mejor preparado de la historia". Así le define el propio rey Juan Carlos. Opiniones aparte, es indudable que Don Felipe hace tiempo que está listo para hacerse cargo de la Corona. Debido a la multitud de ocasiones en las que ha sustituido a su padre, cuenta con amplia experiencia para afrontar su futuro reinado. En lo referente a su educación, habla varios idiomas, posee formación militar y ha estudiado Derecho, Económicas y Relaciones Internacionales. Felipe tiene 45 años, 7 más de los que tenía su padre cuando fue proclamado rey de España, en 1975. Una edad de lo más conveniente para convertirse en Rey.


lunes, 29 de abril de 2013

Maldito paro

Que la situación laboral en España es mala es una realidad. Así lo confirmaron hace tres días los datos del paro: hay 6.202.700 personas desempleadas, entre las que me incluyo. Aunque en mi casa, por suerte, contamos con un sueldo con el que pasamos el mes sin demasiados problemas. Y digo por suerte porque muchos no pueden decir lo mismo. Según datos de la EPA (Encuesta de Población Activa), casi dos millones de familias tienen a todos sus miembros sin trabajo, de las cuales 630.000, según ha informado Cáritas, viven sin ningún tipo de ingreso. Situación ésta más que difícil.

Los jóvenes podrían estar más tranquilos por el hecho de serlo y tener toda la vida por delante para trabajar pero, tal y como están las cosas, una persona de unos 25 años que acabe de terminar sus estudios debe trabajar prácticamente el resto de su vida si quiere jubilarse con unas condiciones decentes. Esto gracias en gran medida a la reforma de pensiones que se aprobó en 2011 y que amplió de 35 a 37 el número de años que se necesita tener cotizados para cobrar el 100% de la pensión. Asimismo, se elevó la edad de jubilación, que irá subiendo progresivamente de 65 a 67 años entre 2013 y 2027. Solo podrán jubilarse con 65 años las personas que hayan trabajado durante 38 años y seis meses. Esto supone estar empleado ininterrumpidamente desde los 26 años. Algo difícil de conseguir, por no decir imposible.

Con este panorama es normal que muchos jóvenes no puedan ni pensar en independizarse. El paro juvenil supera el 57% y muchos de los que tienen la suerte de trabajar lo hacen como becarios o con contratos de prácticas, lo que implica salarios tan bajos que no les permiten emanciparse a corto o medio plazo. Así las cosas, casi el 40% de los jóvenes de entre 25 y 34 años sigue viviendo en casa de sus padres.

Los mayores lo tienen más difícil si cabe para conseguir un empleo. Hay más de medio millón de personas mayores de 50 años que busca trabajo y no lo encuentra. Ni cree poder encontrarlo. La mayoría se sienten apartados y discriminados porque ni siquiera se les ofrece la oportunidad de demostrar su valía. Por lo general las empresas prefieren contratar a gente joven, sin cargas familiares y a quien poder formar a su gusto. Además, suelen generarles menos gastos.

No hay duda de que el panorama es, cuanto menos, desalentador. Pero estar en paro no debe significar estar parado y es importante no dejar de intentarlo, aprovechar el tiempo en desempleo para instruirse, para realizar cursos que ayuden a obtener un trabajo. Cuanto mejor preparado se está se puede optar a más y mejores puestos. 

jueves, 25 de abril de 2013

Justicia injusta

A menudo me pregunto por qué las leyes en España son tan blandas, por qué los castigos muchas veces se quedan cortos y no sirven para nada. En concreto me refiero a los delitos contra la seguridad vial. En la prensa vemos constantemente casos de personas que cometen infracciones y se van de rositas, o con la pena mínima. Demasiadas veces, diría yo. Y si uno es famoso, político o simplemente tiene dinero, lo tiene mucho más fácil. Porque no nos engañemos, la justicia no es igual para todos.

Por ejemplo, si cualquiera de nosotros causara la muerte de alguien en la carretera, probablemente nos impondrían la pena máxima, pero si lo hace José Ortega Cano, estando ebrio y con exceso de velocidad, le condenan a dos años y medio. Y si es bueno y se porta bien, en poco más de un año a la calle. Igual de injusta considero la sentencia a Isabel Pantoja hace unos días, penada con dos años de prisión por blanqueo de capitales. Justo en el límite para que no pise la cárcel. ¿Casualidad? Yo creo que no.

A Ortega Cano le han retirado el carné de conducir durante tres años y medio. Otra cosa que no comprendo. ¿Cómo puede ser que una persona que ha matado a otra con el coche, aunque sea de forma involuntaria, pueda volver a coger un vehículo? Los familiares de la víctima deben sentirse insultados y con toda la razón. El castigo debería ser, además de la prisión y la indemnización, no volver a conducir nunca.

No puedo dejar de recordar un caso similar y muy sonado, el de Farruquito, que en 2003 atropelló mortalmente a Benjamín Olalla. Circulaba sin carné, sin seguro y a mayor velocidad de la permitida. Le condenaron a dos años y por bueno, cumplió solo uno. Para colmo, después del accidente se sacó el carné de conducir. Increíble, imagino la enorme impotencia de la familia del fallecido.

La vida es lo más importante que tiene cada persona y a su vez, lo más frágil. Y a pesar de ello, no se respeta como merece. Cada vez que alguien conduce habiendo consumido alcohol o drogas, circula por encima del límite de velocidad o de forma temeraria, no solo se pone en peligro a sí mismo, si no a cualquiera que en ese momento pueda cruzarse en su camino. Qué injusto, ¿no? 

Son demasiados, tanto famosos como anónimos, los que no piensan en las consecuencias de sus actos hasta que es demasiado tarde. Si las leyes fueran más severas de lo que son, quizás todos seríamos un poco más responsables. O eso quiero pensar.

martes, 23 de abril de 2013

No seas ignorante...

Hoy, por casualidad, me he topado con un artículo que me ha hecho dar vueltas a por qué las personas no nos preocupamos lo más mínimo por aprender y culturizarnos. La gente, en general, es muy poco ambiciosa en ese sentido y lo que es peor, vaga. El texto que me ha inspirado lo he visto en un blog llamado "Las cosas de DIEGVS" y después de leerlo me he quedado pensando en que la desgana por formarnos nos convierte en personas ignorantes. Lo peor de todo es que a la mayoría no le interesa dejar de serlo, ya que eso implicaría tener que realizar un esfuerzo y todo lo que supone sacrificio y constancia, seamos sinceros, da mucha pereza. 

Así pasa lo que pasa, que España es un país que está muy por debajo de la media europea en cuanto a nivel cultural. Y mientras se sigan anteponiendo actividades como ver la televisión a, por ejemplo, leer, esto no va a cambiar. Con lo cual no quiero imaginar cómo serán las futuras generaciones, viendo lo que ya tenemos encima.

Creo que el problema habría que atajarlo desde pequeños y que los libros deberían ser parte obligada de la rutina diaria de los niños. Inculcándoles el hábito de la lectura desde la infancia es probable que los jóvenes de hoy fueran personas mucho más instruidas mañana. Aunque para eso los niños deben ver el ejemplo en sus padres y por desgracia, para muchos es más cómodo sentarse a ver la televisión que estrujar las neuronas con un buen libro.

Los profesores también son, en gran parte, responsables del retraso educativo que sufre España. Vivimos en un país con demasiados educadores mal preparados que no hacen más que formar personas igual de mal preparadas. Con esto no quiero generalizar, seguro que hay maestros muy buenos, pero creo que el profesorado está muy acomodado y, en general, no se esfuerza todo lo que debiera por ofrecer una educación de calidad.

A nivel personal, leer, escribir, realizar cursos, investigar sobre temas de interés, etcétera, son algunas de las cosas que se pueden hacer para mejorar el conocimiento y huir de la ignorancia. Pero para poder hay que querer. Y querer es poder.

domingo, 21 de abril de 2013

Aborto libre ¿sí o no?

¿Debería poder abortar libremente una mujer? ¿Sin dar explicaciones, solo porque sí? Este es un tema que está de actualidad los últimos días, ya que Rouco Varela, máximo representante de la Iglesia en España, está presionando al Gobierno para que deroge la ley del aborto aprobada por Zapatero en 2010. Actualmente las leyes permiten a las mujeres interrumpir el embarazo dentro de las primeras 14 semanas, sea cual sea la circunstancia. En casos como violación o malformación del feto, el plazo aumenta a 22 semanas. Y la Iglesia está que trina porque para ellos no hay justificación alguna para que una mujer aborte. Así de tajantes son.

Mi opinión acerca de este tema es igual de tajante, no creo que absolutamente nadie deba determinar si una mujer puede o no abortar. Y mucho menos juzgarla si lo hace. Nos parezca bien o mal, es una decisión que deben tomar únicamente los padres. Es incomprensible que la Iglesia, y todos los que la siguen, critiquen que una mujer víctima de abusos sexuales aborte. Me resulta insultante y ofensivo hacia esas mujeres. No me puedo imaginar lo que debe suponer ser violada, además quedarse embarazada y para colmo tener sobre la conciencia la obligación moral de seguir adelante con el embarazo, solo porque la Iglesia así lo aconseja.

Eso es lo que dijo un jóven anoche en el programa "El Gran Debate" de Telecinco, que en cualquier caso de embarazo lo que se debe hacer es ayudar a la mujer económica y moralmente para que tenga el niño y que no aborte bajo ningún concepto. Por más que pienso e intento entender su postura, no logro comprender cómo pretenden que esa mujer crie a un hijo que siempre le va a recordar el que quizás sea el peor momento de su vida. No digo que ella, en caso de decidir tener el niño, no lo vaya a querer pero, ¿cómo va a poder mirarle a la cara, verle crecer, sin recordar quién es su padre?.

Parece que Rouco se va a salir con la suya porque Gallardón, ministro de Justicia, ha asegurado en los últimos días que la reforma de la actual ley del aborto está casi lista y según anuncia, ésta se acerca bastante a las pretensiones de la Iglesia. Resumiendo, la mujer volverá a estar limitada a la hora de decidir con libertad. Un paso atrás, bajo mi punto de vista.

viernes, 19 de abril de 2013

Empezar con una sonrisa

Hola a tod@s! He decidido comenzar este blog porque me encanta escribir y llevo un tiempo que me apetece mucho, me relajo cuando lo hago, desconecto y me olvido de todo... en fín, que podría estar horas y horas sin parar. Intentaré compartir con quien quiera leerlo lo que se me pasa por la cabeza, mis ideas, pensamientos, opiniones sobre cosas que me llamen la atención... A mí me sirve para no perder el hábito que tanto me gusta y para hablar conmigo misma (que no viene nada mal) y a quien lo lea, espero que al menos le haga para pasar un rato ameno. 

Para comenzar, voy a recuperar un texto que ya tenía escrito, lo he encontrado por casualidad y me ha gustado releerlo después de bastante tiempo. He cambiado alguna cosilla porque ha pasado tiempo desde que lo escribí y quería añadir algunas nuevas ideas. Pero la esencia es la misma, trata sobre los niños y la alegría que transmiten. Espero que os guste. Ahí va!

¿Por qué es tan especial la sonrisa de un niño? La respuesta es muy sencilla: porque cuando un niño sonríe lo hace de verdad, no hay engaños. Se ríen constantemente y por eso es maravilloso estar con ellos, porque no puedes evitar sentirte feliz con sólo mirarles.

Cuando son pequeños y empiezan a andar o a hablar todo te hace gracia. Les ves balbuceando e intentas por todos los medios adivinar qué están diciendo. A veces consigues entenderles y otras veces imaginas lo que dicen. ¡Y cómo se enfadan si ven que no les comprendes! Hasta eso te resulta gracioso. Es muy divertido verles enfadarse cuando apenas saben hablar. A veces se ponen hasta rojos del mosqueo que cogen. Igual que cuando discutimos los adultos. Resulta gracioso verles así porque apenas tienen uso de razón y se enfadan como si tuvieran 30 años.

Tengo muy claro que quien tiene un niño en su vida tiene un tesoro. Me encanta ver a mis sobrinos sonreir cuando me ven y abrazarme como si se fuera a acabar el mundo, porque sé que lo hacen de verdad, porque un niño siempre es sincero. 
No sé que haríamos los adultos sin esas personitas que, a pesar de los problemas, nos hacen sonreir cada vez que hacen o dicen algo. La carita de felicidad de un niño tiene la capacidad de alegrar el peor de los días. Sin duda, esa es la mejor terapia que puede haber.